Con el retorno después de tres años por causa de la pandemia de covid-19, el Carnaval de Brasil en la histórica ciudad de Olinda vivió su tradicional desfile de Muñecos Gigantes con personajes que encendieron la euforia de miles de “foliões” (juerguistas).
Con casi cinco siglos de funfada y sus pictóricos paisajes de playa y cerros, Olinda vive entre el último viernes y el mediodía de este miércoles, como el resto del país, su carnaval callejero lleno de tradición, música y mucha alegría, que estaba represada por tres años desde la edición de 2020.
Miles de personas se concentraron para desfilar por las laderas de la ciudad animadas por bandas que siempre tocan lo mejor de su repertorio de canciones contemporáneas y de las “marchinhas” tradicionales que nunca pueden faltar.
El desfile formado siempre por cien muñecos bailarines homenajeó este año a personalidades brasileñas e internacionales con la reina Isabel II, todo un ícono mundial con su reinado de 70 años en Gran Bretaña y quien falleció en septiembre, a la cabeza.
El otro monarca homenajeado en la centena de muñecos fue el del fytbol: Edson Arantes do Nascimento “Pelé”, el eterno astro brasileño quien murió a finales de diciembre a los 82 años víctima de un cáncer.
Wilson Pedro, quien carga el muñeco de Pelé y tiene 25 años en su labor, expresó a Notistarz la alegría de estar en esa posición de privilegio: encabezar con “O Rei” y al lado de la muñeca de la Reina de Inglaterra el desfile de 2023 en Olinda.
“Estar aquí con él es una maravilla porque él fue el rey del futbol y ahora aquí es representado con un muñeco gigante. Esta vez fui yo el que escogió a Pelé también para homenajearlo de mi parte”, declaró emocionado el cargador de muñecos.
Por tradición, el liderazgo de los desfiles le correpondería al muñeco que personifica al líder de la Nación, en este caso el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, pero por la polarización política que vive el país ninguna representación de figuras de la vida pública salió este año a las calles.
Los dirigentes de la agremiación cultural Embaixada dos Bonecos Gigantes de Olinda optaron mejor por la idea de transmitir la “pacificación entre las personas divergentes durante la fiesta” y por eso los muñecos de Lula, del expresidente Jair Bolsonaro y de otros políticos fueron guardados.
En la centena de muñecos, entre otros, sobresalieron personajes del futbol como Neymar, Vini Jr, Richarlison y Ronaldinho Gaúcho, cantantes del folclor local como Luiz Gonzaga y Alceu Valença, la cantante y bailarina Gretchen y el bolerista Cauby Peixto, entre otros.
Al lado del muñeco del octogenario cantante Roberto Carlos desfiló el de su amigo y compositor Erasmo Carlos, quien murió en 2022, y atrás de ellos el del famoso youtuber Whindersson Nunes.
La representación internacional de la música volvió a tener al frente a los muñecos de los cantantes estadounidenses Michael Jackson y Elvis Presley, del británico Fred Mercury y del jamaiquino Bob Marley.
Para el deleite de grandes y chicos, principalmente de los niños, estuvieron bastante asediados para el registro de fotos con el público los muñecos de superhéroes como Batman, Shazam o Hulk o villanos como The Joker de Joaquin Phoenix y Darth Vader, de la Guerra de las Galaxias.
Tampoco podían faltar los de la serie humorística mexicana “El Chavo del 8”, con El Chavo, Kiko, Don Ramón y La Chilindrina.
Los muñecos “manisueltos” que alcanzan los cuatro metros de altura y pesan unos veinte kilos son fabricados de tela, icopor, madera, fibra de vidrio, aluminio y cartón, siempre respetando características y detalles de los personajes o personalidades que representan.
La tradición comenzó en 1919 con un sacerdote belga en Belem de Sao Francisco, interior del estado de Pernambuco, y se trasladó a Olinda en 1931 con la aparición del muñeco «Hombre de la Medianoche», un personaje del folclor local y que abre siempre el Viernes de Carnaval en las laderas.
En 2007 se sumaron a los muñecos de personajes del floclor local algunos del mundo real y a partir de 2009 se adoptó el actual formato con representaciones de todo tipo.
El clima de carnaval es vivido en Olinda con miles de visitantes de todo el país y del mundo, que unidos al pueblo alegre de Pernambuco, desfilan y bailan en las calles de forma pacífica y en familia la mayor fiesta popular de Brasil, que volvió tras la pandemia con jolgorio y alegorías, pero también llena de esperanza y emoción.