El verdadero significado de dar las gracias 

Por Sharon M Koenig*

Gracia, viene de la palabra gratus en latín, o que agrada. Otra definición es lo que es recibido libre de costo, libre y sin ataduras, o esperando recompensa. Cuando miramos a nuestro alrededor y vemos que lo que hemos recibido es gratuidad, nos damos cuenta de que ya hemos sido recompensados. Respirar, ya es un motivo para agradecer. Vivir y tener conciencia, ya es un milagro.

Dios y el universo trabajan por medio de la Gracia, un estado de apertura donde estamos despiertos a los regalos que ya tenemos. El recibir la gracia es un regalo de Dios, pero el dar las gracias es un verbo, es la acción de ese estado de conciencia, es estar presentes y agradecer lo que no puedes ver, pero que la vida ya nos ha concedido sin necesidad de mérito, porque lamentablemente vivimos en un mundo donde las personas se valoran por sus “méritos”, pero para Dios todos ya tenemos un inmenso valor, y su amor ya es merecido y gratuito. 

Gracias es la palabra clave que precede un milagro. 

Muchos temen lo contrario, que es vivir en des-gracia, o sea, despojado de gracias, que no es el resultado de una pérdida física necesariamente, sino el haber perdido el agradecimiento y la fe. Conozco personas que tienen todo y están en desgracia y otras que, habiéndolo perdido todo, hasta a un ser querido, tienen la fuerza espiritual para dar gracias a Dios. En el caso de la pérdida de un ser querido, mira a tu alrededor, agradece por el tiempo que estuviste en la tierra con el ser que se fue y no des la espalda a quienes todavía están a tu lado.

Entonces he aquí el gran secreto: gracia no es una palabra, es un estado de conciencia, un estado donde ocurren milagros porque hemos elegido caminar con Dios y mirando el presente y sus regalos, sean grandes o pequeños, porque usualmente las cosas pequeñas son las que realmente extrañamos cuando ya no están, como el olor a perfume de la abuela. 

La gracia de Dios puede llegarnos en un momento inusitado, sin buscarla y sin pedirla, la gracia de Dios siempre nos acompaña, porque todo lo que nos rodea, al final es su gracia. La gracia es el estado natural del alma, para despertarla solo necesitamos brindar nuestra atención al presente, al decir Gracias.

Lecciones del libro Las 12 promesas del alma, por Sharon M Koenig (Ediciones Obelisco, Barcelona 2024)