Por: Dailyn González
Los hombres también tienen derecho a lucir atractivos sin perder sus rasgos masculinos. Aunque las mujeres suelen buscar suavizar sus facciones, en el caso de los hombres el objetivo es resaltar la estructura ósea y proyectar una imagen de fuerza y definición. Un mentón más cuadrado y una mandíbula bien marcada son símbolos de un rostro masculino ideal, pero no todos los hombres los tienen de manera natural.
La técnica de masculinización facial con fillers permite lograr un rostro más atractivo y definido, realzando esos rasgos característicos de la masculinidad. Al inyectar ácido hialurónico de forma estratégica, es posible añadir volumen en zonas específicas para enfatizar la mandíbula y el mentón, logrando un perfil digno de portada de revista.
A pesar de que en Estados Unidos este tipo de procedimientos aún puede considerarse inusual entre los hombres, en Europa es una tendencia muy popular, especialmente en España, donde tuve la oportunidad de aprender la técnica y observar su impacto. El antes y después es asombroso; los hombres adquieren un aspecto renovado, que exuda confianza y atractivo.
Un temor común entre ellos es que el procedimiento afecte sus mejillas, haciendo que parezcan poco naturales o artificiales. Sin embargo, la clave de este tratamiento es la sutileza y la personalización. Los resultados se adaptan a cada rostro y se realizan en zonas específicas, evitando cualquier exceso que comprometa el aspecto natural.
El procedimiento es seguro y prácticamente indoloro, realizado con agujas finas y en sesiones de apenas cuarenta y cinco minutos. La duración del resultado puede variar entre uno y tres años, dependiendo del metabolismo y del volumen aplicado. En general, se utilizan entre ocho y quince fillers, adaptando siempre la cantidad a las necesidades del paciente.
Con esta técnica, los hombres pueden lograr un equilibrio perfecto entre un aspecto pulido y una apariencia masculina inconfundible.