De acuerdo con una encuesta de Project Management Institute, el 12% de los proyectos de diferentes empresas fracasaron durante 2020. Entre los principales motivos se encuentran la falta de habilidad para seleccionar qué se debe priorizar y la gestión de recursos de manera efectiva.
La capacidad de priorizar proyectos es crucial para asignar, de manera óptima, los recursos disponibles, tales como el tiempo, el dinero y el personal. Cuando una empresa no logra detectar los proyectos más importantes, puede enfrentarse al agotamiento de recursos, así como la falta de enfoque estratégico o la falta de capacidad para adaptarse a los cambios del mercado.
Sin embargo, gran cantidad de directores y altos ejecutivos no están seguros de cómo seleccionar los proyectos de mayor impacto y relevancia para el crecimiento de sus empresas.
Aprender a priorizar es una habilidad y, como toda, puede ser desarrollada y fortalecida por cualquier persona que esté dispuesta a aprender. Aquí algunos ejercicios que los altos ejecutivos pueden practicar, según la consultora BCG.
- Establecer la priorización de proyectos como un proceso consciente conectado con las estrategias de la empresa: se puede cuestionar la siguiente pregunta: ¿Este proyecto ayuda a ejecutar la estrategia empresarial o acerca a la organización a sus objetivos?
. Hacerlo fácil: simplificar la elección de iniciativas mediante categorías amplias (impacto financiero, tiempo para obtener valor, complejidad) para analizar datos y métricas fundamentales. Este enfoque aporta la precisión necesaria para descartar rápidamente proyectos que no apoyan la estrategia de la empresa.
- Tomar acción: Una vez establecidas las prioridades, se debe crear un plan y ejecutarlo. En esta etapa se debe ser disciplinado y tener un liderazgo auténtico. La organización debe respetar las nuevas prioridades.
El poder de nuestras elecciones es la clave que impulsa el éxito empresarial. Al aprender a priorizar proyectos y gestionar recursos de manera efectiva, abrimos las puertas hacia un futuro brillante. Cada elección estratégica que hacemos nos acerca más a nuestros objetivos y nos posiciona como líderes de alto rendimiento.