Una réplica de la Palestina de la antigüedad, edificada en 100 mil metros cuadrados y que da vida a Nova Jerusalem, el mayor teatro al aire libre del mundo, acoge durante esta Semana Santa la «Pasión de Cristo» en Brasil, que según el Vaticano es el país con más católicos.
Brejo Mae de Deus la ciudad teatro, localizada a 183 kilómetros de Recife, la capital del estado de Pernambuco (noreste), exhibe desde hace casi seis décadas la «Pasión de Cristo» y la pieza que comenzó en las calles ahora es escenificada en un gigantesco espacio de torres, castillos, viviendas, mercados, lagos artificiales y «pobladores».
Con un total de 450 actores, entre ellos figuras de renombre del canal Globo, el principal del país, la pieza teatral contó este año con los consagrados Klébber Toledo (Jesús), Luiza Tomé (María), Duda Reis (Herodiades), el primer actor Nelson Freitas (Herodes) y el consagrado Eriberto Leao (Poncio Pilato).
Pero más allá del fervor religioso de la Semana Santa, con miles de feligreses cristianos que se desplazan hasta Nova Jerusalem en caravanas o en automóviles particulares, el teatro se ha convertido en un patrimonio del semiárido pernambucano.
Con alrededores de imponentes cerros, en los que gigantescas piedras le roban espacio al verde paisaje, en similitud con la Palestina de la época de Jesús, Nova Jerusalem traslada a sus visitantes dos mil años atrás.
La edición de este año prácticamente es considerada como el «recomienzo» de la «Pasión de Cristo» en Nova Jerusalem, debido a que, en 2022, todavía con los efectos de la pandemia de Covid, que hizo cancelar la programación de 2020 y 2021, el público se redujo a 40 mil personas, 20 mil menos que las esperadas en este año.
Robinson Pacheco, coordinador del espectáculo e hijo de los creadores del espacio en la década del sesenta, la artista Diva Pacheco y el periodista Plinio Pacheco, admitió en diálogo con Notistarz que las «dificultades» para apoyos y patrocinio «aumentaron después de la pandemia».
«Aquí es un teatro y el espectáculo cuenta la historia de la vida pública de Jesús, pero tenemos mucho cuidado de esa fusión de la cultura con la religión y muchas personas vienen para alimentar su fe, pero otras vienen a ver el espectáculo», incluso practicantes de otras religiones, destacó Pacheco.
«Es la historia de Jesús contada a través del arte y la cultura», añadió.
En los otros días del año, parte del espacio funciona como una moderna posada temática, que acoge el turismo ecológico que se practica en la región y a los compradores del polo textil y de la confección de Caruarú, uno de los principales del país y que está a 48 kilómetros del teatro, que sigue abierto para los visitantes.
Pacheco anticipó a que existe un proyecto para la ampliación del espacio, que ya es gigante, para darle vida a un parque temático, que tendrá una réplica de circo y coliseo romano y hasta carreras de cuadrigas como se hacían en el Imperio.
La preparación cada año de la «Pasión de Cristo», apuntó Pacheco, demora seis meses porque, a pesar de «la historia siempre ser la misma», el espectáculo «necesita de vida» y para ello la organización no escatima con las luces y sonido de alta generación para las tres horas de la pieza en las noches de Semana Santa.
Sin ninguna iluminación, salvo la del propio espectáculo sobre los actores y los efectos de luz y sonido, la pieza es exhibida apenas con los destellos moderados de las luces de neón de los guías señalizadores y siempre resguardada por los rígidos soldados de armadura romana que custodian la ciudadela.
Antes del espectáculo, todavía con la luz del día, los actores posan con los visitantes para su foto de recuerdos, un registro que dos milenios atrás era imposible de realizarse.