La renuncia de Jacinda Ardern, primera ministra de Nueva Zelanda, no abrió la caja de Pandora sobre el burnout o agotamiento laboral —porque ya estaba abierta—, pero sí dio una buena sacudida al tema: lo puso en la mesa, al más alto nivel.
“No puedo ni debo hacer el trabajo a menos que tenga el depósito lleno, más un poco de reserva para esos desafíos no planificados e inesperados que inevitablemente se presentan (…) Los políticos somos humanos”, dijo Ardern al explicar su dimisión.
Hay muchos otros casos de renuncia por burnout, con menos prensa, como los protagonizados por ministros y diputados de los Países Bajos, después de la pandemia. O el que viven la Iglesia Católica y las denominaciones evangélicas, que afecta a sacerdotes y pastores.
A partir de la relevancia del tema, se ha prestado mucha atención al aumento del agotamiento de los empleados. Sin embargo, el del liderazgo es un problema igual de preocupante.
En mi opinión, estas son las cuatro causas más destacadas del agotamiento de los líderes actuales:
-Sentimientos de aislamiento: Algunas personas creen que lograr un papel prominente, un reconocimiento o una recompensa financiera, se logra a costa de la soledad. El factor más importante en el aislamiento es la falta de una conexión significativa con otras personas.
-Multitarea o “Multitasking”: Investigaciones muestran que puede sumar hasta un 40% de pérdida de productividad en un día. Muchos líderes se han convencido a sí mismos de que el multitasking conduce a una mayor productividad. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Stanford descubrió que cuando tratamos de procesar dos tareas mentales a la vez, nuestra capacidad mental puede disminuir y reducir nuestras habilidades cognitivas.
-Atención parcial continua: Los líderes pueden caer en la trampa mental de buscar constantemente la siguiente mejor posibilidad, y pasar casi todo su tiempo haciéndolo. Cuando esto sucede, el líder no se concentra en las tareas más importantes, retrasando aún más los temas de mayor urgencia. Luego se apresura a terminar sus tareas más críticas en un plazo ajustado, lo que contribuye al estrés crónico.
-Estrés de poder: Los líderes pueden quedar atrapados en un círculo vicioso de sacrificio por los demás, lo que lleva al agotamiento, porque se sienten responsables del éxito de sus negocios.
Este es un debate fascinante y urgente, que seguirá abierto en el Primer Congreso Iberoamericano contra el Burnout, que se celebrará en República Dominicana en junio-julio de 2023. Porque, cada decisión que toma un líder, tiene consecuencias. Y toda la organización gira en torno a su decisión. Como resultado, los líderes pueden no estar dispuestos a aceptar que están agotados, lo que termina empeorando sus síntomas.
* María Méndez es presidenta y fundadora de Vacation is a Human Right (VIAHR). Dominicana residente en Nueva York.
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